jueves, junio 22, 2006

A mis musas

El síntoma de un gran poeta es contarnos algo que nadie nos había contado, pero que no es nuevo para nosotros. Diríase que llevamos dentro, inadvertida, toda futura poesía, y que el poeta, al llegar, no hace más que subrayarnos, destacar a nuestros ojos lo que ya poseemos. Ello es que el descubrimiento lírico tiene para nosotros un sabor de reminiscencia, de cosa que supimos y habíamos olvidado. Todo gran poeta... nos plagia. Ortega y Gasset 


Dos universos

El largo recorrido comienza
y reflexiono que la individualidad de nuestro ser
es impenetrable, negada para la unión
que no podemos existir como un solo ente.
 
Que cabalgamos uno junto al otro
con uniones fugaces, pero siempre
en monturas distintas,
irreconciliables.
 
En donde cada efímero encuentro,
corona el éxtasis, la destrucción y la locura,
para después caminar alejados.
 
El andrógino nunca existió,
siempre seremos trazos distintos,
pedazos de cosmos,
universos divergentes,
unidos solamente por soles fugaces.
 
La dualidad de nuestro ser
es sólo un recuerdo de nuestras primeras pasiones,
ahora la unión de nuestros seres distintos
es un lapso en el firmamento
de nuestros cielos eternos,
una llama quemante
unidos solamente por un rayo.


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