domingo, enero 25, 2009
OJOS DE LUNA Y ESTRELLAS
Ojos de luna,
viernes, enero 23, 2009
CADA DESPEDIDA ES UN ADIOS
Cada despedida es un adiós para siempre,
cada media vuelta que das
es una página más para cerrar esta historia;
el final está cerca.
No es ni final feliz, ni trágico desenlace,
simplemente los motivos que narrar
se terminaron, la tinta y el lápiz desaparecieron;
puedo decir que es abrupto el desenlace.
Los motivos para contar más al mundo de esta historia
se perdieron en este camino que a fuerza se divide;
ya no quedan hojas blancas para escribir
la sorpresa encontró otro camino.
Cada nuevo adiós no será para un retorno,
encontraste el cobijo sereno
para no escribir más sobre esta tierra
la ternura que alcanzaron nuestros pasos.
Cerraste esta historia,
cambiaste de página;
el ángel de la inspiración te abandonó,
el amor no era como lo querías contar.
Cada despedida es un adiós para siempre,
me cuesta tanto dejar de contar en estas páginas
pero la tinta de tu sangre se agotó
las páginas de tu piel se cerraron.
No me queda más,
abriré otra historia;
ahora la escribo en singular,
no deseo el plural de otra pluma ni otra tinta.
Tal vez aparezcas en estas páginas nuevas
y sabrás que hablo de ti
desde ese cobijo sereno que elegiste,
desde esa distancia que tal vez deba contar.
lunes, enero 12, 2009
EN LA CIMA DE LA COLINA
Creo que nadie entiende
la lejanía de mi llanto,
sólo el sendero que me lleva
entiende mis pasos que dejan rastros de nostalgia.
Me pierdo en el bosque de asfalto
para subir la ladera de una avenida
y llegar a lo más alto para mirar el valle
y aullar llamando a la calma.
Y es la luna que a mis espaldas me acompaña
iluminando con su luz mis lágrimas,
breves destellos que pintan y custodian mi llanto
que muere en el eco que se pierde en último rincón del valle
mis ojos ya no pueden mirar.
Miro esta línea recta
que seguramente será mi próximo camino
al amanecer cuando ya no tengo ganas de llorar
porque mis ojos ya están secos
como se encuentra mi corazón que late sin tu sangre.
Y es que paso el día esperando
a que mi ansiedad se diluya y sea pasado,
pero se acumula y aunque la niegue llena mi pecho
que al anochecer estalla en aullidos que me sanan sólo un
poco.
Porque veo frente a mí de nueva cuenta
las ilusiones que daban certeza a mi futuro;
desearía borrarlas cada vez que cierro mis ojos
pero al abrirlos están ahí, no se marchan.
Descubro entonces el reflejo del rostro de la luna
en el lago que forman mis lágrimas
que crece cada vez más por que no dejo de alimentarlo
te llamo una vez más
pero estás tan lejos.
Creo que el eco de mi llamado ya no te alcanza
estás tan lejos,
tal vez ya olvidaste mirar la luna
estás tan lejos,
pero cada anochecer estaré en la cima de esta colina
trazando otro camino para andar
estás tan lejos.
Pero en este bosque de asfalto
seguiré formando senderos que entiendan mi nostalgia
y seguiré recordando esa secreta ilusión que me regalaste
tal vez me veas en la cima de la última colina que te
encuentres.
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