jueves, noviembre 26, 2020

SOMBRAS Y RAYOS DE SOL

Hay una soledad inmensa
que se nutre de sueños y recuerdos;
una soledad de sombras y rayos de sol
de mañanas y tardes.

Cuanto te extraño en este rincón,
tu lágrima que me diste a beber
de tanto amor y alegría,
de tu aliento que me llamaba todas las mañanas.

De tu mirada al vernos caminar en estas calles,
al vernos caminar entre los arboles cuando nos quedamos atrás;
de tu sorpresa  son mis recuerdos al sentir mis labios
en esa tarde fría.

De mis tardes purpuras y tus labios besándome,
de tu escape sabiéndote lejos de tu reino,
en estas mañanas y tardes solitarias
de repente te apareces llamándome de nuevo.

Pidiendo tiempo en tu lugar ahora,
se fue tanto contando nuestros besos,
recordando cada camino de locura para escaparnos;
fuimos dos fantasmas en ese camino.

En esta enorme soledad que me acompaña
mis sueños y mis recuerdos son de ti,
de mi histeria amorosa que te llama
en esa parte que deje  en tu corazón
y que me manda sueños a pesar de tu lejanía.

Somos seres de amores pasados,
de un amor que vive aún  y que se lleva por siempre
por esos besos eternos que no mueren
todas las noches los sentimos como la primera vez.

Un rayo de sol entra por la mañana en mi ventana,
eres tú y tus ojos que me dicen buenos días;
por la tarde entra el sol una vez más,
son tus labios que con su calor me besan para que me vaya a descansar.

Recordar en sueños tus abrazos,
tu piel y tu calor que siempre estará aquí…..

 

miércoles, noviembre 04, 2020

BESOS DE OTOÑO

¿Tienes un beso más para mí?
el tiempo se acaba,
ya las calles me llaman de nueva cuenta
sólo mírame y dime con tus labios que te vas.
 
Ya sólo mil pasos más,
te escribiré de nuevo en estas calles solitarias,
pero con el sabor de tus labios;
se acaba el tiempo.
 
La línea de esta avenida me llama,
todos esos árboles me cantan en este otoño
me regalan sus hojas ya sin su color verde
como tus despedidas.
 
Me encuentras siempre en estos senderos
en las noches que me llamas
la memoria nos falla,
no sabemos cuándo terminar.
 
Tus brazos y cuerpo cálido,
tu espalda de madera hermosa
esta tarde de otoño no quiero más
¿tienes otro beso para mí?
 
Queda poco tiempo
ya las flores despidieron sus pétalos,
ya las nubes van frías en el horizonte;
pronto sólo copos de nieve se derretirán en mí.

martes, noviembre 03, 2020

ATARDECER

Hay tiempos que se integran en tu corazón,
hay atardeceres que te dejan un suspiro para vivir
una luz que se escapa, que te acompaño en tu día
se muere lento detrás del horizonte de tus ojos.
 
Renace en mares de dulzura,
en olas espumosas de tus murmullos;
se yergue tu mar en neblina fresca que me aísla
que viaja a lo más alto para ti.
 
Esas tardes tienen tantos tonos
como tantas caricias tienen tus manos,
en donde mis ojos sólo miran entre tus cabellos
atrapado en tu aroma a bosque.
 
Y se va el tiempo en los ríos,
como ese rayo de luz que me dibuja en el camino;
queda muy poca luz esta tarde,
queda muy poco de tu sol este día.
 
Y mi andar me lleva tiempos de nubes,
vientos que mecen mi alma
que se cobija con la sombra de la rama de tus brazos
para dormir.
 
Son tiempos distintos, tardes para mirar,
brisa que me baña el rostro;
son tus labios de amor, lluvia que viene de ese horizonte
es ahí a donde quiero llegar.
 
Después de este camino y su tenue luz,
en ese sendero que recorro al terminar el día
para abrir la puerta y encontrarte ahí,
descansar en tu agua y quedarme a dormir junto a ti.

lunes, noviembre 02, 2020

LA ESPERA

Una espera que siempre se quedó,
como esa noche de besos
después de bailar y sentirte junto a mi
para fundir tus labios y tu aliento.
 
Una espera que se prolongó con tu partida,
una llamada para escuchar tu voz sin respuesta,
buscando tus ojos una vez más
quería que me dijeras qué seguía.
 
Quería que te quedaras,
pero desde el principio volabas siempre,
nunca me abrazó tu corazón
que me cobijó sólo un suspiro de tu existencia.
 
Después de esa tarde de tantos besos,
después de las noches dormido junto a ti
y en la mañana descubrir tu partida
y el frío de la ausencia de tu cuerpo.
 
Te vi tantas veces partir parado en la banqueta,
caminar después acompañado del humo de mi cigarro;
pensando en el próximo beso que te robaría,
y pensando en que esta espera se quedaría por siempre.