siempre en el presente,
siempre constantes,
un corazón que
late les acompaña,
les da música
a su eterno andar.
El tiempo es
esas mañanas dormilonas
en las que
apenas se ven las siluetas al desaparecer las
sombras;
susurra fresco el viento,
se ilumina
el andar y mis ojos siguen la luz.
El
pensamiento se alegra de ver el mundo otra vez
al mirar que
se asoma el sol;
mira que el árbol
suda su roció nocturno,
encuentra en
el agua un instante que decir.
Siempre
viajeros permanentes,
inseparables
tiempo y pensamiento;
hermosos
amaneceres,
lindas y mágicas
sombras que guarda mi pensamiento.