domingo, enero 30, 2011

ENTRE MI PECHO Y MI CONCIENCIA

Si la mirada fuera cierta,
si lo que hay entre lo que miro y lo que digo pudiera escucharse
no encontraría el tiempo ni en el infinito
para describir lo que viaja en ese segundo.
 
Es el hermoso silencio de lo que no procesa la mente,
es sólo el remolino que se forma entre mi pecho y mi conciencia,
nada que puede decirse cuando estoy con vos,
sólo pensándolo en tus besos y tus caricias.
 
Que describen lunas y estrellas que nacen de mi piel,
sólo para contar la lucha constante de mi desesperado corazón;
que busca tiempos desde que inicio el universo,
que busca espacio para andar de tu mano,
que busca palabras en las noches de lunas azules.
 
Pero a veces se pierden en la pausa de mi amor y de mi mente,
se pierden en las noches por la oscuridad,
y me encuentro desnudo sin cómo decirte que me hace falta tu ser,
vuelo después de dejarte, pensándote tan cerca.
 
Las líneas nocturnas de los caminos me acompañan,
a veces la luna se asoma para verme,
y viajo lento pensado que el día se fue,
pensando: el universo vive disfrutando de estos amores que pasan.
 
Se cansa de contarlos porque ve siempre a los mismos caminantes
a los mismos seres en los planetas de las soledades,
y a veces no encuentran ni notas, ni luces, ni paisaje, para detenerse
y a veces no encuentra que ofrecerles para darles paz.
 
Ni las palabras se miden, ni el sentido se aclara,
y el universo se ríe en su eternidad,
se enternece de que el amor siempre es el mismo,
son los tiempos de la creación que se pinta de estos amores.
 
Las luces duermen y se apagan en la danza infinita
y los caminos se abren de nueva cuenta y las lágrimas corren
los pies descalzos quieren caminar más,
las almas así se curan, las distancias son amigas.
 
Los vuelos por la oscuridad también se repiten,
los atardeceres se vuelven otra vez amigos,
los sueños se dibujan en cada nube que pasa
nada es lo mismo después de las olas de tus caricias.
 
Las caricias que inventa el universo que llora cuando estas faltan.