Las sombras que dejamos en los caminos
en el bosque, en la ciudad; de tierra y de concreto
para llegar a tus suspiros de amor
y a ojos alegres por el verde que nos ocultó.
Una estancia que guarda pasados,
amores que vivimos ya en otras vidas;
silentes siempre nos encontramos en este universo
somos almas gemelas que late un corazón.
Nostálgicos regresos y partidas
de esos histéricos amores después de tantos besos,
aun a la distancia siguen en la página anterior de nuestra historia,
que nunca acaba por que me sigues quemando tan adentro.
Y son sombras que se quedaron impresas en el sendero,
historias escritas con nuestros pasos debajo de tu cielo;
un árbol eterno será nuestro testigo
caerá y renacerá para contar nuestros besos y caricias.
Hay un amor que perdura en el tiempo,
que no se extingue, floreció entre los árboles,
se quedó grabado con nuestras sombras
en los caminos, en las veredas que escribimos con nuestros pasos.
Ojos mirando con
esperanza en la mañana,
una casa vacía
cubierta de nostálgicas sombras,
rincones de donde se escapan de la memoria
los recuerdos que guardaron.
Estancia sin
ecos, sólo la mañana que entra por la ventana,
una maceta que
pide agua para su arbusto sin flor
y el polvo que
se acumula de suspiros
en el que
escribo los primeros rayos del sol.
