jueves, mayo 01, 2008

TARDE NOCHE

La tarde me regala horizontes
en donde perder mis ojos
me regala su infinito
para dejar que viajen mis suspiros.
 
La tarde cuando ve que voy cabizbajo
detiene un poco el paso de la noche
y le pide al sol que no se vaya
que me regale un poquito más de su luz.
 
La tarde y el sol juegan entonces,
pintan el cielo de color oro,
me regalan nubes de rojos intensos,
cielos cárdenos de pasión.
 
La tarde no entiende por qué suspiro tanto,
pero siempre se alegra de que la elijo a ella
para contarle algunas veces que es lo que me ocurre
se pone triste conmigo y le dice a la noche
que ahora ella me haga compañía.
 
Me dice que no entiende mi necedad
de caminar tan melancólico
yo le pido que no se apure, que es mi estado natural;
la tarde se va entonces
prefiere ser tarde y acompañarme
no quiere entenderme.
 
Y la noche llega a mí,
generosa oculta mis lágrimas
yo si te entiendo, me susurra al oído
son tantos que como tú me cuentan lo que les acontece
que solo me resta cobijarlos con mi manto negro
en lo que alivian su tristeza.
 
La noche entonces canta junto a mi
el agua de mi nostalgia
y llama a la luna y las estrellas
para que me acompañen
en lo que mi cuerpo se agota
y decide dormir
para escapar un ratito
y recargar mi pecho de nuevos suspiros.
 
Si no hay estrellas ni luna
deja que las luces sintéticas me cubran
lo único que no comprende
es por qué de tanto amor
se puede caminar tan melancólico.
 
Prefiere entonces ser sólo compañía
escuchar a tantos como yo
que por amor caminan
entre la tarde y la noche
.


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