CORAZÓN MIGRANTE

Constante, corazón al olvido
a la poca memoria de las tardes y las sombras,
sombras que se dibujaron en los senderos
un escape de la brisa de los labios amorosos.
 
No hay eco en el alma, ni en tu interior
por ese extraño amar de tu pecho,
una constante necesidad de partir
a tus soledades nocturnas.
 
A tus laderas en las que duermes tus sueños;
te pensaba con más miel en tu seno,
y te quedas ahí con tu corazón
para alimentarte sólo a ti.
 
Hay una necesidad de un vuelo constante,
una imperiosa necesidad de irte en la nube que pasa
desde tu pendiente tiendes tu mano,
te cuelgas de su lluvia y te vas.
 
Te miro desde aquí, todavía enamorado,
todavía vivo de las nubes de tus besos y tus despedidas,
del aire de tu vuelo
que me dice que lloverás.
 
Como siempre, como desde que te conocí
con un corazón migrante,
que vuela constante,
siempre lo supe, pero aún me duele como se va tu corazón.