Muchos secretos que contar,
tardes de susurros, de canciones y testigos;
de tiempo que parecía seria el mismo siempre,
de vueltas para leerte en la noche una vez más.
Y era el temor de lo que nos llevaba al futuro
de cómplices escapes a los senderos hacia el volcán,
hacia la lava de tus labios y tus besos,
una tarde y su noche en un páramo secreto.
Cómplices palabras fraternas y de amor,
voces y anécdotas de agua que bebimos juntos;
del lado hermoso de la palma del destino
estrechamos las manos de nuestras historias comunes.
Cálida estancia que guardo un par de espíritus soñadores
que hablaron de la pasión y las frases del corazón;
una caricia que viajo de tus labios a los míos
tan dulce y cierta, amoroso aliento.
El plan de un viaje para buscar estrellas
y perderse cada uno en su cielos, cada uno en su tiempo,
pero siempre recordando los fragmentos
que de ti quedaron bajo la piel de mi corazón.
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