MIEL

Los besos de tus labios de miel
me dejaron esa noche una deliciosa embriagues,
del aroma que nace de tu piel
del sabor dulce de tus ojos encontré la inconsciencia.
 
Me cubrió tu cuerpo de azúcar,
espíritu sincero lleno de amor
incontrolable pasión de tus manos
de la miel de tu corazón.
 
De tu sangre que me regalaste con tus besos,
de lo que vuela y se vierte sobre mí,
las horas que acariciaron las avenidas
que olvidaron su oscuridad al verte conmigo.
 
Y una vida para tener tus labios
sólo tu boca para sobrevivir
esperándote, pensándote todos los días
y el momento que dormirás junto a mí.
 
Pensando que vives en la dulzura de las flores
de lo que hay entre sus pétalos,
tu flor me recibe
para beberte una vez más.

Y AQUÍ ESTOY

Abriendo páginas en blanco
y otras de historias y sueños de esta tierra
que me regalaste con tus besos
cuando te encontraba después de caminar tanto hacia a ti.

Ahora te cuento nuestras caricias y sus formas,
y te veo de nuevo junto a mi volando entre las estrellas
contando las galaxias que se dibujan en tus ojos
Indiferentes y distantes y tan cargados de amor.

Y mis páginas en blanco se iluminan de ti,
de las formas en que nos amamos en las tardes de nubes,
en las tardes de sombras y secretos,
en las mañanas frías  que se asombraban con nuestro calor.

Hoy la vida cambió tanto,
hoy te encuentras en otros soles,
en otras nubes durmiendo tu soledad;
tal vez añorando mis brazos.

Pero aquí estoy siempre como te lo dije alguna vez,
en mi tierra desde donde te cuento en mis sueños
y en donde te coloreo en mis hojas blancas
de tantas maneras como besos me diste.

De la  forma en que me acariciabas con tus cabellos
tan negros como esa noche que me diste vida con tus labios,
cuando nuestros corazones se hablaron de amor
y se miraba un solo cuerpo en esa calle solitaria.

Y aquí estoy contándote de tantas formas
como desde la primera vez que te vi y tus ojos me abrazaron,
como esa vez en que tu boca se quedó en la mía
tantas veces como el agua que me diste para vivir.

CIELOS DE MAR

Cuando se pierden dos almas en el camino
los pasos son lo de menos,
nos llevan a los sueños
a un lugar muy cercano al paraíso.
 
Una laguna de azules y mil colores
después de esa mañana de sol en las espaldas
que a lo lejos como fantasmas nos dibujó en el camino
que nos llevó a un destino de agua, cielo y mar azul.
 
De esa mañana de suspiros y lágrimas dichosas
que rodaron por las mejillas mi pecho y mis brazos,
se mantiene la locura del amor en el agua,
en la laguna de los mil besos y caricias.
 
Persiste en la memoria del corazón
en las mañanas que guardan esos corazones;
la realidad puede ser dura y tormentosa
pero quien no guarda esos momentos de ensueño que todo lo curan.
 
Sólo los mortales que enloquecen con los besos,
sólo tú y yo que morimos todos los días y sus noches;
en esos regresos a la tierra de cielos que se besan con el mar
al escuchar las olas contar y cantar nuestro amor.
 
Donde las miradas gritaron mil veces te amo,
donde nuestros labios con besos bebieron nuestras almas,
donde se quedarán los rincones secretos,
donde sólo dos mortales se regalaron el espíritu y el corazón. 

DEJEMOS ENTONCES QUE PERMANEZCA LA LLUVIA

Amaneció fresco el día, con lluvia y viento
y recordé la primera vez que te vi,
el frío que se evaporó en tu cintura
cuando la atraparon mis manos.
 
Unas gotas de lluvia que se desvanecieron en tu pecho
cuando encontraste el calor de mis brazos,
una tarde de andares buscando un rincón para sentir tu llama,
un caminar secreto que se guardó en los rincones de la memoria.
 
Siempre presente tu aliento y tu seno,
tu pasión y tu cariño;
el frío y las gotas de la tarde se evaporaron
porque me regalaste tu cobijo.
 
Vaporosos suspiros se fueron en nubes
se fueron huyendo de nuestro calor,
ahí perdidos debajo del faro de la esquina
unos labios tímidos se conocieron.
 
Un abrazo que se quedó grabado en el concreto
en la acera de esa ciudad fría y llorona
que nos escondió esa tarde
en que vi de cerca tu corazón
a través de tus ojos hermosos.