SE PARTE LA NOCHE

Se parte la noche entre el humo
de esas estrellas mudas que miran
la compañía de mis dos espíritus
que huelen las brasas de tu presencia.
 
Se quedan en ese espacio que deja tu estela fugaz
que dejó tu relámpago impertinente y luminoso;
guardianes espíritus de los amores y suspiros,
pacientes testigos de tus besos.
 
Se divide el cielo en esa línea eterna
que se unió a la mía en ese instante glorioso;
fugaz y terminante, pasional y certera,
pasajera y caótica.
 
Se divide y se pierde en este cosmos de ilusión
esperando los amaneceres de los soles
que esperan de nuevo la destructora belleza de tu boca,
en donde los espíritus guardianes viven fieles.
 
Palpitantes corazones nocturnos,
sangrantes del delirio de las estrellas efímeras,
como los besos que se funden en el tiempo del espacio,
breves y eternos en la memoria.
 
Se parte la noche,
se parte el corazón
los espíritus se quedan dormidos
esperando el amanecer de nuevos soles.