martes, julio 28, 2009

VACÍOS CITADINOS

Miro el espacio que dejaste junto a mí,
en las calles cuando camino solo,
en el desayuno y en la comida que ya no compartimos
y no hago más que llamar a las nubes con un suspiro.
 
Había abandonado la rutina solitaria del dialogo con las calles y avenidas,
tenía la certeza de tus pasaos a mi lado,
aunque solo fuera por unos minutos
y sin darme cuenta era necesaria e indispensable tu compañía,
tu cuerpo pidiendo a gritos un abrazo,
tus ojos buscando los míos para sentir paz.
 
Miro el espacio que dejaste en mi cama,
ya no está el tibio humor de tu piel en las sabanas
están más secas que nunca,
ya la humedad de la pasión es pasado, se evaporo en el olvido.
 
Parece que ya no regresará,
ya mis manos no tienen el cuidado de caer tiernamente en tu espalda
ya mis piernas no encuentran a las tuyas para hacer un nudo amoroso,
ahora encuentro un vacío absurdo
en donde antes te encontraban mis besos a cualquier hora de la noche.
 
Solo puedo ver ahora que las palabras y las frases que inventamos,
ya no tienen a donde llegar,
mis oídos se han quedado sordos,
mis labios mudos de palabras de amor
ya no encuentran el lago de tu corazón para descansar mi liquida ternura.
 
Hay un vacío que dejaste a mi lado,
poco a poco invade mi interior,
crece cada vez que pienso en tus besos,
en tus brazos suplicantes
en tu amorosa autoridad dominante.
 
Crece el hueco en mi interior,
siento que el aire me atraviesa
ya no tengo el escudo de tu presencia
por mis poros se escapa mi espíritu.
 
Ya lo que pasa en el tiempo sólo tiene que ocurrir,
buscaste la forma más sencilla de ser anónima,
no puedo esperarte,
mi ritmo era esta soledad citadina.
 
Ahora muero en los momentos en que me siento sin el par que me daba fuerza
ya me muero en esta desierto citadino
cuando miro mis pasos solitarios,
cuando veo mi cama vacía.
 
Cuando mi piel ya no tiene de donde tomar y compartir el calor,
ya me muero lentamente
porque mis labios ya no encuentran
en donde dejar de volar.

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