jueves, diciembre 11, 2008

DÉJENME MORIR

Déjenme morir,
déjenme ver en esta tarde
como el sol se pierde cada vez que cierro mis ojos,
no me pidan que no este triste, porque no lo haré.
 
Déjenme de pie en esta tarde de otoño
en que me cubren las hojas de los árboles,
en que el viento que anuncia el invierno
se lleva poco a poco pequeños fragmentos de mi piel.
 
Desapareceré por un momento,
no me digan que no me vaya;
esta tarde que cayó el sol
quiero ir a beber sus últimos rayos
que coronan las montañas.
 
Esta tarde moriré en el frio de mi tristeza
una muerte más, qué más da;
sepultare una vez más a mi espíritu
en las entrañas de mi mundo.
 
Seré semilla debajo de la tierra,
esperaré de nueva cuenta para renacer,
esperaré que este frío dolor se aleje
y comenzar de nuevo en la primavera.
 
Déjenme morir,
en esta forma creo en la resurrección
por el momento desapareceré,
debajo del suelo seré barro.
 
Solo necesito una gota de amor
de la sangre de un ángel que me descubra,
y con su mágica esencia
me regrese a la vida para dar de nueva cuenta
lo más hermoso de mi necio corazón.


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